Salimos a las 9 y media hacia la carretera que va de Chiclana a Medina, y por el arcén, después de unos 6 kilómetros, llegamos hasta el cruce del Cordel de los Marchantes. A mi, personalmente, no me gusta nada lo de ir por carretera, y más viendote pasar coches y camiones que van de 80 a 120 (u más) km/h. El arcén no está nada mal, siendo ancho en su gran mayoria, pero estrechandose peligrosamente en algunos puntos, acompañados de algunos reflectantes del suelo que te hace ir con la máxima precaución (caerse por ahi no es buena idea).
Pedaleando en carretera
Llegada al cruce
Cordel de los Marchantes
Desastre
El viento de levante nos acompañaba. Para mal. Es jodido hasta en esta época. Nos costaba bastante avanzar. Llegamos al descansadero, donde está el pozo de Lázaro. A partir de aqui la ruta me es conocida, ya que cuando fui a Naveros cogi por la Vereda de la Asomada, que finaliza aqui.
Pozo de Lázaro
Ahi estoy
Luego fuimos a ver el descansadero. Un desastre. La última vez que fui, estaba sepultado de yerbajos. Ahora está más limpio, pero no por la mano del hombre. Ya la naturaleza se ha encargado de limpiar algo con el viento y con su término del ciclo en el verano. No sé que idea tuvieron al poner el descansadero justo al lado de un arroyo, pero desde luego, no tuvieron la idea de mantenerlo.
Por ahi se ve una mesa...sepultada
Otro intento fallido de árbol plantado
El descansadero. Y las plantas de los arroyos
¿Esto que es? ¿La entrada? Puede ser para amarrar los caballos, pero no se...
Algo desanimados por el fuerte viento de levante que soplaba de frente, avanzamos lentamente por el camino hasta llegar a la arboleda, formada por los alcornocales costeros. Aqui nos dio un poco de tregua el viento, ya que los árboles nos resguardaban. Hicimos una parada para comer fruta revitalizadora, y seguimos, hasta salir de la arboleda. En este punto, se puede dar por finalizado el Cordel de los Marchantes.
Matorrales y alcornocales
Teniamos pensado ir a Naveros, pero el Levante nos saludó de nuevo al salir de los árboles, y ya era suficiente. Asi que nos volvimos a casa. Para no coger carretera, fuimos por la Vereda de la Asomada, con lo cual haciamos las dos rutas, y le enseñaba a Gorthaug este camino, que no lo conocia.
La ruta:
Ver Cordel de los Marchantes en un mapa más grande